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                           Templo de las Dos Medias Lunas                 Vista de la pirámide , Templo de Ofrendas

 

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DESCUBRIMIENTOS EN CARAL-SUPE LIMA-PERÚ

El Perú es considerado "cuna de civilizaciones; últimamente en el valle del rió Supe se descubrió  diecinueve asentamientos arqueológicos distribuidos en una superficie de aproximadamente de 50 hectáreas.

Esta tuvo su esplendor hace 5 mil años, cuando se iniciaba la construcción de la pirámide de Keops, en Egipto, o de las primeras urbes de China o de Mesopotamia; en verdad estos sorprendentes hallazgos nos lleva a interesamos cada vez más por el conocimiento profundo del Pasado del Perú.

A 182 km de la panamericana norte, partiendo desde Lima y luego internándose a 20 Km  tierra adentro del puerto de Supe, en medio de una inmensa y desolada llanura, se encuentra la ciudad sagrada de Caral, Las investigaciones en este yacimiento arqueológico empezó  en 1994, cuando Ruth Shady y un equipo de arqueólogos inició un reconocimiento del valle de Supe siguiendo el catastro de sitios arqueológico elaborado en 1979 por Carlos Williams y Manuel Merino. Dos años después se iniciaron las excavaciones con el apoyo financiero de National Geographic Society, la Universidad de San Marcos y La Municipalidad de Supe.

"En Supe se formo el primer Estado peruano -sostiene Ruth Shady- sus antiguos pobladores lograron niveles de organización socio política más avanzados que cualquier otra sociedad de su época".

Las evidencias arqueológicas y los análisis de laboratorio indican una antigüedad de 5 mil años. Los cuales demuestran que sus habitantes consumieron ingentes anchovetas, sardinas y moluscos  y que cultivaron algodón, zapallos, frijoles, camote, pacay y guayabas.

Lo que llama fundamentalmente la atención son sus numerosas estructuras ceremoniales a pirámides con plataformas, superpuestas de 30 metros de altura y templos con anfiteatros  y muros de piedras enlucidas, con barro y relieves pintados. Enormes zonas urbanas de diferente dimensión con muros pintados de piedra o paredes de caña amarradas con fibras de junco.

La sociedad de caral edifico  sus casas utilizando  Huarango  armado con carricillos unidos en pares, mediante amarres de fibra  de junco formando un diseño similar a un emparrillado

La vida de sus pobladores estuvieron envueltas en complicadas ceremonias y rituales. La religión impregnó el comportamiento de cada poblador dentro y fuera de su hogar, marcando además su organización social y política . .  La decoración hallada en Caral combina rasgos de animales míticos locales en una cosmología relacionada con la vida y producción de alimentos, el agua y la fertilidad de las tierras, la muerte y destrucción de las cosas.

la zona esta ahora dividida en cuatro secciones: Caral, Chupacigarro,  Miraya y Luriwase, todos con pirámides, templos y plazas hundidas que fueron enterradas por sus pobladores luego de 15OO años de prestigio cultural y de hegemonía política y económica en toda la zona.

La ubicación estratégica permitió a los pobladores de Caral conectarse con los valles vecinos de Huaral (al sur), de Pativilca (al norte) y hacia el este como acceso hasta la cordillera de Huayhuash y el callejón de Conchucos, donde está ubicado Chavín de Huantar. Llama la atención precisamente, que casi todos los pobladores del actual Caral provienen de Chiquian deduciéndose una antiquísima relación económica y cultural.    

En casi todas las edificaciones de la ciudad sagrada de Caral se hallaron pisos enlucidos y pintados con fogones donde se quemaron alimentos. También se han desenterrado paquetes de alimentos, envueltos en hojas, en forma de tamales; así como textiles de algodón cestería quemados.

De estos sobresale el denominado "altar del juego sagrado", desenterrado en la zona sur-este de Caral. Su buen estado de conservación permite contemplar un pequeño edificio circular de acceso restringido a través de peldaños que conducen a un fogón ceremonial donde se han hallado cenizas de fósforo, producidas por combustión de pescados a elevadas temperaturas.

Pero el hallazgo más espectacular de Caral han sido las 32 flautas desenterradas en una esquina del "anfiteatro", una plaza circular hundida que integra un complejo arquitectónico ceremonial. Si bien muestran algunos dibujos de estilo Chavín (mono con la boca abierta, aves,

felinos, serpientes bicéfalas con rostros de aves y rostros humanos), lo que llamo poderosamente la atención de sus descubridores es que no se trata de las tradicionales quenas, sino de las llamadas flautas traversa, manufacturadas con huesos de alas de pelícano.

"Estudios musicales realizados en el museo de antropología arqueología de San Marcos demuestran que las flautas producen siete nocas musicales más antiguos del Perú y posiblemente de toda Sudamérica" (Andares Diario La República 2000).

Al respecto, en junio del 2000, se entrevistó al Dr. Luis Guillermo lumbreras quien manifestó que este yacimiento arqueológico de Caral es Pre -Chavín, coetáneo a Kotosh, Chilca, Huaca Prieta, la Golgada y otros; por lo tanto la aparición del Estado está en Chavín de Huántar; sin embargo es un descubrimiento importante, pero no considerado como el Primer Estado.

En cada uno de estos santuarios se consolidó paulatinamente una clase sacerdotal que preservó celosamente sus conocimientos y su poder. Esta clase, privilegiada, especialista en técnicas agrícolas de producción y en organización del trabajo "colectivo", estructuró jefaturas teocráticas que fueron intensificando su dominio sobre la clase productora (campesinos, pastores, artesanos, etc).

Los sacerdotes reforzaban su hegemonía con una simbología de dioses zoomorfos y feroces, para ello aprovecharon las supersticiones, creencias y temores de los campesinos que vivían agrupados en ayllus o comunidades aldeanas, donde el parentesco y la producción colectiva mantenía unido a sus integrantes.

Los artesanos, de este momento, también, desarrollaron la textilería, la cerámica, la escultura y la orfebrería en Huaca Prieta, Wairajirca, Chavin y Chongoyape, respectivamente.

Finalmente, uno de aquellos grandes complejos teocráticos consiguió imponer su tradición cultural sobre las otras tradiciones regionales, logrando así la formación de la primera gran síntesis Pan-Andina, o Primer Horizonte Cultural. Esta hegemonía fue alcanzada por el centro

cultural descubierto por Julio C. Tello en la región de Conchucos, bautizado como Chavin.

 Excavaciónes en la ciudadela  de Caral 

  Maqueta del Templo

         

  Vista de la ciudadela de Caral

   
                                                                                  
   
 

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